9/9/11

Microcuento

      Como no quisieron pagarle sus servicios, el flautista, furioso, decidió vengarse raptando a los niños de aquel ingrato pueblo. Los conduciría por espesos bosques y altas montañas para finalmente despeñarlos en un precipicio. Sus padres jamás volverían a verlos. Para ello no era suficiente su flauta mágica, sino algo más poderoso. Optó, entonces, por encender el aparato televisor. Los niños, encantados, los siguieron hacia su perdición.
                                       René Aviles Fabila ...

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